Entre vida y libertad…

Cerré los ojos y mientras sentía el olor de sopa que cocinaba la vecina y la música del idiota que vive abajo, intentaba dormir. Sólo quería dormir para soñar cosas sin sentido, para ofrecer un momento de pausa a mi cuerpo, para llenarlo con energía. Pero mientras intentaba dormir se me vinieron tantos recuerdos en la cabeza, empecé a pensar 20 cosas al mismo tiempo y ver imágenes que pensaba haberles olvidado.

Dije stop y abrí los ojos pero me dolían tanto por esa luz, así que los cerré de nuevo. Intentaba regresar al mundo de los sueños pero mis ojos temblaban por haber visto todas estas imágenes del pasado, mi mano derecha buscaba mi mano izquierda solo para no sentirse sola, los labios se secaron y la boca se abrió como si sabía que iba a sacar de mí, mi Yo interior.

Pero no lo saqué, se quedó allá entre vida y libertad, entre jaula terrenal y ganas de sentir la verdadera realidad, y tenía miedo porque no sabía si me puedo quedar para siempre en este mundo neutro, si iba a envejecer sin verme nunca más el rostro en el espejo, si iba a olvidar a los demás.

Tenía un million de preguntas porque ya me había imaginado vivir como 20 años en esta pausa de tiempo, en este lugar neutro. Veía solo algo gris, algo que no era ni vida ni muerte, ni infierno, ni paraíso. Tenía miedo de no perder la suerte de vivir mi vida, pero en realidad mi vida apenas empezaba.

En este instante me di cuenta que puedo viajar sin tomar aviones, sin quedarme en hoteles y sin hacer esfuerzos para hablar en inglés.

Ahora tenía todo. Imagínate un mundo en el que conoces y comprendes todas la idiomas, imagínate un lugar que se parece a todos los lugares que quieres visitar, imagínate estar en la Luna o en Marte sin tener que pasar por todo aquel cosmos, sin visá, sin dinero.

Lo había logrado, estaba ahora en un mundo paralelo, fuera de la realidad pero aún adentro en mi cuerpo.

Es así que me di cuenta que hay 3 mundos en que podemos vivir y son poco los que conocen el secreto. Hay el mundo de la vida terrestre que es algo palpable, algo muy superficial en el que nunca encontraremos las respuestas sobre nuestra existencia, aquí solo vivimos porque nuestras almas necesitan una casa.

 El mundo de las almas es el que más me intriga porque el alma sale de su alojamiento para vivir todo del exterior, para sacar el Yo de mí para que se mire al espejo y se dé cuenta que la vida es más que una piel blanca o negra, más de unos ojos marrones o azules, más de ropa, casas, coches. En realidad la vida real no se vive así, la vida real se siente con cada sentimiento, por cada energía que los demás transmiten y si no sales nunca de tu cuerpo, tu alma no conocerá jamás la verdad.

Y al final te cuento, hay la tercera manera en la cual podemos vivir, es la más loca, es la que para tu mundo, la que sabe jugar con el tiempo de la vida real y transformar tu viaje en algo eterno. Quizás nunca puedes regresar a ti mismo, y si regresas, tu cuerpo no sabrá qué el alma vivió en un mundo paralelo por algunos minutos, horas, días, años, decenios, vidas.

Y ahora regreso al cuento de los mundos paralelos con pruebas de que allá vivimos mejor, allá las almas solo ofrecen luz, allá no sientes ninguna temperatura, no necesitas comida y nunca te cansas. Allá es un juego eterno, un baile  con música paralela y encuentros llenos de arte. Allá el arte no se escribe, no se pinta, no se canta, no se expone en los museos. Allá el arte somos nosotros mientras sentimos, mientras amamos a otras almas.

En este mundo paralelo no hay diferencia, todas las almas tienen la misma edad, el mismo color y energía para llenar todo el caos universal con luz y amor.

Así que, ¿cómo quieres que regrese a esa vida real cuando mi realidad es paralela con la tuya? Yo no regreso pero te espero con los brazos abiertos.